Una mañana de Octubre su banqueta estaba ocupada por un señor que llevaba puestos unos zapatos que eran una ruina, el cuero estaba curtido y agrietado por el uso. Mientras el cliente placidamente se entregaba a las manos del señor de los brillos de cuero este hablaba fluidamente con su Nextel, en tanto el Lustrabotas tenía por delante un gran desafío: sacarle un poco de lustre a esos zapatos tan venidos a menos.

5 comentarios:
Todo bien amigo me hace bien que por lo menos te guste algo de lo que hago...
Un gran abrazo
Yo soy lustrabotas oficial de garbarino hace 5 años. puedo decir que el arte de sacar brillo donde no lo hay es un arte que poco a poco se esta perdiendo.
Gracias calendaria por darme esta oportunidad de contar lo duro de mi oficio.
mas dificil que revertir el fraude k...
A mi me resulta un oficio muy digno, pero me parece que las personas que se hacen lustrar las botas de esa manera son unas FORRAS, se hacen los reyes, los capos,y esas actitudes APESTAN!!!
ese vendedor algunas veces vende zapatos, usados o nuevos
es una postal ya
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